Periodicos: El jugger, un deporte de película.

Murcia, Cantabria, Madrid, Valencia, Zaragoza y Galicia son algunas de las comunidades con más adeptos a este deporte. Una veintena de jóvenes ya practican esta disciplina deportiva en Oviedo y en Avilés, donde se están asentando las bases para la creación de una nueva asociación.
Los inicios para un deporte casi desconocido no son fáciles. Al contrario. El jugger se presenta como una alternativa a los deportes de toda la vida como el fútbol, el baloncesto o el voleibol.

Se trata de una disciplina deportiva que comenzó a practicarse a principios de los años 90 por un grupo de alemanes pero que, en la actualidad, también se juega en América, Australia y en países europeos como Irlanda, Inglaterra, Dinamarca y España. A pesar de que cuenta con un gran número de aficionados en regiones como Zaragoza, Madrid, Cantabria y Murcia -donde existe un gran potencial y donde se practica desde hace años-, en Asturias todavía está empezando a dar sus primeros pasos.

23 jóvenes de entre 15 y 28 años se reúnen en Oviedo y en Avilés para disputar los partidos de jugger, un deporte que muchos resumen como un duelo entre equipos, sencillo de aprender y, sobre todo, muy divertido. «Para que te hagas una idea, es muy parecido al rugby, pero combina a la vez elementos de esgrima, lucha grecorromana y softcombat», aclara Vanesa Herguedas.

Esta mierense de 18 años fue quien lo introdujo en Oviedo hace apenas unos meses y asegura que la mejor manera de comprender el juego es probándolo. La mayoría de los que lo han hecho se han quedado y aprovechan cuando no tienen exámenes para entrenar, al menos dos días a la semana, en Montecerrao (Oviedo). «Al principio solo éramos cinco y poco a poco hemos ido reclutando gente. Yo lo conocí en La Rioja, donde viven mis padres, y, cuando regresé a la universidad, a Oviedo, al ver que no había ningún equipo, decidí que era el momento de crear algo aquí».

Lo que no sabía es que se le habían adelantado. Otra joven, Victoria Menéndez, de 17 años, se animó a montar el que sería el primer equipo de jugger en Avilés. Empezaron el año pasado y optaron por parar en invierno a consecuencia del mal tiempo y de la dificultad para cuadrar horarios con los estudios y el trabajo. «Lo probé en Ourense, donde suelo ir de vacaciones. Allí, ya había un grupo de personas y decidí prepararme con ellos», señala.

Ahora estudia entrenar de seguido y no parar durante los meses más fríos puesto que el número de personas que se han interesado por la iniciativa cada vez es mayor. «Lo difícil -señala Victoria- es explicar a alguien que no ha tenido ningún contacto con este deporte cómo se juega un partido».

Lo que muy pocos saben aún es que el jugger está basado en un juego que realizaban los protagonistas de la película cuyo título traducido al castellano era 'La sangre de los Héroes' (1989). Un claro ejemplo de cómo la ficción puede traspasar la gran pantalla para convertirse en realidad.

¿Pero en qué consiste exactamente? Básicamente se trata de dos equipos y cinco jugadores por cada uno de ellos. Por un lado, existe la figura de los luchadores o pompfers, cuatro por cada equipo, y un corredor o quick. Éste es el único que puede tocar el balón o jugg y meterlo en la portería -una especie de canasta situada en el suelo-. El cometido de los luchadores será proteger al corredor para que el contrincante no pueda arrebatarle la pelota.

Para defenderle y bloquear a los jugadores del otro bando, se valen de una serie de armas como la espada corta, el escudo, el stab o bastón, el q-tip, el mandoble y la cadena o el kette. Eso sí, fabricadas con materiales blandos como goma-espuma, bambú, coquilla, cinta americana. «Es cierto que hay mucha acción, pero la mayoría de los golpes me los he llevado yo y sigo entera», apunta Vanesa entre risas. «De hecho, antes de cada competición, se testean los utensilios que se van a emplear para garantizar la seguridad de los luchadores y del corredor».

«No es nada peligroso», asegura también Cristian Rey, de 28 años. Es uno de los mayores y se entrena en Oviedo desde mediados de enero. Estuvo apuntado a balonmano y a atletismo, pero sostiene que el jugger es mucho más completo y ameno. «En este deporte es importante fiarse del contrario. Por ejemplo, que si tocas a tu contrincante con el arma que éste no se haga el remolón y acepte su penalización», hace hincapié.

Según las reglas del juego, los que reciben un golpe tendrán que permanecer agachados durante cinco intervalos, que vienen marcados por un pitido que no deja de oírse durante el encuentro y que sirve para que los jugadores contabilicen, entre otras cosas, el tiempo que deben permanecer inactivos después de que les toquen con un arma.

«Lo más difícil de manejar es el escudo y la espada corta porque el alcance es menor y tienes que acercarte mucho más a tu contrincante - señalan-. La cadena, por su parte, también requiere ser rápido en su manejo para poder rearmarla una vez lanzada», insiste.

Daniel Saiz, de 19 años, utiliza el mandoble cuando no juega en la posición de corredor. «Se trata de una especie de bate, con la dificultad de que no se puede coger de cualquier manera con las manos y de que tienes además ciertos movimientos limitados». Empezó de la mano de Victoria en Avilés y sostiene que «no por ser diferente tiene que ser algo malo». De hecho, reconoce que, al igual que el fútbol y que el resto de deportes, el jugger fomenta el juego en equipo y la honestidad.

«Es la forma de pegarte con tus amigos más divertida», dice Enrique G. A., de 23 años. Es el que más experiencia tiene puesto que lo lleva practicando desde hace dos años en Madrid. «Empecé como la mayoría. Un amigo que le dice a un amigo y al final te acabas enganchando...», dice. Además de jugador, hace las veces de entrenador y ayuda a sus compañeros asturianos a mejorar la táctica y la resistencia.

A diferencia del resto, es el único que ha participado en alguno de los torneos que se celebran en España. «A nivel nacional hay cuatro: Autun Cup (Madrid), Winter Cup (Murcia), Spring Cup (Alicante) y Summer Cup (Valencia). Los mejores en estas competiciones y en otras que se han celebrado a nivel internacional son los Tercios Españoles, un grupo de murcianos cuyo trabajo en equipo es muy bueno e individualmente son muy fuertes», explica con detalles.

A pesar de que los rivales son duros de roer, los dos equipos, tanto el formado en Oviedo como en Avilés, tienen intenciones a medio y largo plazo de participar en alguna de las liguillas que se organizan en las distintas comunidades autónomas. «Si queremos aprender, aunque estemos en desventaja ya que nuestra trayectoria no es tan larga, debemos enfrentarnos al resto de grupos», mantiene Cristián.

Lo realmente curioso de este deporte tan visual es que un partido viene a durar unos 15 o 20 minutos, en los que hay que ser muy rápido y durante los cuales los jugadores descargan mucha adrenalina.


El original puede leerse aquí.

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