Pongámonos en el siguiente caso: ¿Qué pasa si un jugador que está muerto (osea, rodilla al suelo, contando piedras) descaradamente impacta a otro que está levantado?

Respuesta corta: Está expulsado.

Respuesta larga:
No hay ninguna utilidad en golpear estando muerto.
Primero: estás quebrantando la ley de los muertos: quedarse agachado con rodilla en suelo y mano en espalda.
Segundo: es una acción que despista al que recibe el golpe, y es probable que interfiera en el punto.
Es doblemente antideportivo, no es accidental, rompe con el espíritu del jugger y con el reglamento.

Resolución: expulsión directa.