Diario de una Valkiria: Torneo Cementery 2013

“Bueno, creo que lo tengo todo”. Reflexiono mientras miro la cocina. Sí, definitivamente creo que llevo comida de sobra. Me dirijo a la puerta y tras salir de casa me encamino hacia el torneo que me espera: El Cemetery. Hacer un torneo pequeño para los pringados que nos quedamos sin ir a la Summer no es mala idea.

Me bajo del bus y llego a la parada donde quedé con Catalán, Kay, Christian y Danuta para ir en el Danuta-móvil a Santiago. Carretamos las armas hasta el garaje y tras andar a hostias para colocarlas bien, parece que funciona. Se montan en el coche y cuando voy a entrar percibo que el lado donde están todas las armas atravesadas me toca a mí. Mierda. Entro haciendo el limbo y me arrebujo contra los palos de marras hasta encontrar una posición algo cómoda.

Tras una media hora bien llevada en coche, logramos llegar y aparcar! ¡Eso es nivel! 
Empiezo a sacar las armas y en esto que… ¿Dónde cojones está mi puto mandoble? Todos me miran expectantes esperando a que me ilumine. Pienso, pienso más (N. del R: cuidado qe te sale humo de las orejas..) Y recuerdo. "ME CAGO EN TODO LO CAGABLE! ¡ME HE DEJADO MI MANDOBLE NEGRO APOYADO EN UN COCHE NEGRO EN EL GARAJE NEGRO DE DANUTAAAAA!" Y ovación general a mi intelecto.

Llego al campo con mi carita de pena y le cuento a la gente mi prodigiosa hazaña, despertando la compasión de Myr, que amablemente me deja un mandoble para que pueda jugar (el resto fuísteis unos desalmaos, joputas).

Le damos caña a los partidos y todos se desarrollan con normalidad, jugamos con ganas, rotando para que todos nos lo pasemos igual de bien, al solecillo cual lagartos, arbitramos otro par de partidos, todo estupendo. Acabamos los partidos de la mañana con una racha de victorias cuando se escucha mi grito favorito: “¡A COMEEEER!”.

Tras una enchenta (N. del R: ingestaconsiderable de comidas varias que me traje e intercambié con Sabrina (Jugadora de Valkyries) me sacudo las perezas para volver al campo.

Jugamos los ultimos partidos de clasificación, ganando a Skull Impalers y a Meigha. Ahora que faltan unos minutos para la final me decido a rebozarme un poco en el campo y deleitarme con ese puto cacho de sombra que he conseguido a hostias. Todo Northwest es un manojo de brazos y piernas, una pirámide humana o algo así.

Llega la final, contra Meigha, y pese a dar todo de nosotros, no obtenemos el tan deseado 1º puesto. Un partido lleno de broncas, rencillas y disgustos que es mejor olvidar. (N. del R: Jujas, Mel. Eres una jujas!)

Cogemos nuestro trofeo de 2º puesto entre ovaciones de los equipos presentes y nos marchamos, no sin antes buscar una fuente o una poza donde tirar a Kay. Ya empaquetados todos en el Danuta-móvil camino a casa, me arrebujo contra Christian y emprendemos nuestro camino de vuelta a Coruña.



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