Yo acababa de jugar la Summer Cup en Valencia, que fue un torneo bastante grande en el que iba mirando a todo flasheado (puede que el calor lipotímico tuviese algo que ver con eso último), y en comparación, la Lábaro era un torneo mucho más relajado, tanto por el número de equipos, casi de Regional grande, como por el clima, que sí se agradeció bastante. El ambiente, desde el primer momento bueno, yo era (y sigo siendo) un novato en estas cosas, y no conocía casi a nadie, así que el hecho de que hubiese menos gente ayudó lo suyo, y los locales, tanto mi propio equipo (que más les valía ser majos, jajaja!) como los demás hicieron lo posible y necesario para que estuviésemos a gusto. 

A nivel organizativo, se que hubo críticas, pero yo soy de muy buen conformar, y voy a los torneos a jugar, así que me quedé en mi burbuja, y todo me pareció perfecto mientras todas esas cosas burocráticas las llevaba mi capitán y yo descansaba a la bartola. 

Ya en lo que es el torneo en sí, la verdad es que acabé encantado. No se si es que soy tóh buena gente y la gente a mi alrededor me adora (que puede ser) o que tengo una suerte de la hostia con mis equipos, porque si Hidras me trataron bien en la Summer, Mighty Owl's no se quedó atrás ni mucho menos, y desde el primer momento (ir a recogernos al bus/tren/o lo que fuera) nos hicieron sentir en casa. Yo he de reconocer que, más que de mí, iba pendiente de mi compañero de equipo, Pingu, que iba a su primer Nacional, pero me diera cuenta rápido de que era absurdo y que era innecesario. En el campo, a gusto, sin líos internos, y me llevo un grato recuerdo, tanto de los buhos como de Furby, de Geek and Destroy. 

En cuanto a los partidos, bueno, sin llegar a estar del todo satisfecho con mi propio nivel, desde luego jugué mejor que en la Summer y me rompí menos. También los partidos fueron menos tensos, en general, y salvo algún hecho puntual no tengo queja de ninguno, más al contrario, me llevo un gran recuerdo de equipos como Silvanos o Valladolid, que nos dieron partidos con muy buen rollo, de los que se disfrutan. 

En resumen, un torneo pequeño, pero muy agradable, en el que me lo pasé francamente bien, y del que espero siga creciendo en los próximos años hasta convertirse en un clásico más, y que ayude a comunicar el norte profundo con los núcleos del sur, tanto para que vengan a jugar aquí (a Cantabria y Galicia) tanto como para que seamos nosotros quienes nos movamos más a menudo hacia allí a disputar torneos.