A finales de mes Santiago será sede del primer Torneo Nacional Gallego de jugger, una práctica de corto recorrido en España pero cuya originalidad y el escaso gasto que requiere propician que sus adeptos se multipliquen. Alcanzar la oficialidad es otra de sus prioridades.

"Es un deporte que, pese a lo que pueda parecer, no hace daño, es mixto... y es gratis". Así califican el jugger Aarón Silva, Jacobo Roo y Nerea Noya, miembros de la Asociación Gallega de Jugger. Se trata de un deporte de corto recorrido pero en ascenso, que en Galicia cuenta ya con cuatro asociaciones (en Santiago, A Coruña, Vigo y Ourense) y con unas dos centenas de socios. En el área de Compostela, ha pasado de contar con un solo equipo en 2013 a los cuatro actuales, con dos más gestándose en Milladoiro.

Lo primero que llama la atención del jugger es su escasa similitud con cualquier otro deporte. Lo practican dos equipos de cinco jugadores, aunque solo uno de ellos -el corredor- puede cargar con el jugg, el objeto que deben introducir en una marca situada en el fondo contrario del terreno. El resto de competidores se reparten las armas (fabricadas con elementos acolchados para que no inflijan dolor), con cuyos toques paralizan a sus adversarios durante unos segundos y allanan el camino de sus corredores.