Sonrie, Maria.

Es una verdadera lástima que el mundo sea un lugar imperfecto, que a pesar de ser redondo… no lo sea completamente. Para los que estamos siempre en la Luna nos resulta más sencillo entenderlo porque el achatamiento polar delata la imperfección, pero la imperfección, la rotundidad de la realidad y la tozudez del imprevisto hacen que nuestra vida sea más entretenida… pero al tiempo más dramática. El destino te juega buenas y malas pasadas, y a veces te dejan marcas de por vida.
Ya ha pasado un tiempo prudencial desde que ocurrió el accidente de María de Villota y, una vez que sabemos que está en casa, es el momento de revisar que fue lo que ocurrió, y más que lo que pasó físicamente, lo más interesante es lo que pasó a continuación tras la dolorosa y más que lamentable colisión del F1 que conducía en la pista de Duxford.
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La familia Villota, ilustre apellido dentro del mundillo automovilístico español, es justo la parte que más sufre esto y, sin embargo, guarda un responsable y respetuoso silencio, un gesto mucho mejor y más educado que el que ha dedicado la escudería hacia su empleada. Los Villota esperan el dictamen de los informes técnicos del accidente para abrir la boca, cosa que les honra de manera superlativa.
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En un mundo perfecto, María hubiera acabado su jornada de pruebas y hoy estaría pidiendo a su equipo que le dejasen rodar un viernes cualquiera, pero este mundo… no es perfecto. Lo que sí sabemos es que en este imperfecto mundo seguiremos viendo la sonrisa de la madrileña. 
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Y hoy, poco mas de un año después, te ha tocado seguir viaje. Le has robado al destino un año mas de vida fruto de tu espíritu incansable y cabezón, cuando el te quería allí hace tiempo. Al principio, a tu familia le costará un poco este cambio, pero poco a poco, alegre, discreta, silenciosa, siempre amable y con una educación y buen gusto encomiaba, seguirá alojada en el corazón de todos los que te han conocido, así sea fugazmente en un paseo de Santander. María, donde quiera que estés ahora, sonríe como en vida. 
Sonríe.


Quiero agradecer a Virutas de Goma por dejarme "plagiar" su texto. El original podéis encontrarlo aquí.

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