Diario de una Valkiria: De “Mamá Valkiria” a “Valkiria Salvaxe" Pt.1

Tras el Open, Valkirias empezó a tambalearse. Apenas venían a entrenar, y aunque intentase motivarlas, sea por lo que fuere, me topaba con que el los entrenamientos siempre éramos las mismas, Carol y yo.

Las amenazaba continuamente con irme, a ver si así se decidían a venir, pero nada. Debí de decir al menos unas 150 veces “si no venís a entrenar dejo el equipo”, aunque como si me quedase callada. Lo pasé bastante mal. ¿Qué hacer cuando pones todas tus esperanzas y fuerzas en sacar adelante un equipo y ese mismo equipo se resiste a avanzar? Yo era coloquialmente conocida como “valkiria” antes de conocer jugger siquiera, pero me sentí una aunténtica guerrera no peleando en el campo, si no peleando por sacar adelante a mi equipo femenino. Estuve amargada meses.

Llegó Mayo, y con ello el I Reborn of Santiago. Estaba ansiosa, puesto que aparte de que auguraba ser un torneo cojonudo, iba a ver a Víctor Millán en persona por primera vez. Llevábamos meses hablando y por fin se presentaba el gran momento.

Cuál fue mi disgusto cuando el resto de integrantes de Valkyries me dijo que no podrían ir… Me planteé ir de freelance, y no bien lo comenté en un entrenamiento, y ya tenía a Kay de Northwest Wolves pidiéndome que asistiese con su equipo al torneo. Ni me lo pensé, si dijera que si, mentiría como una bellaca! Ya había jugado en exhibiciones y “Nocturnias” con ellos (N. del R: Eventos nocturnos de ocio alternativo de Galicia), y me encantaba el equipo.

El día antes del torneo tenía que debilitar al enemigo, asi que me encargué personalmente de que Millán y Thelos quedasen en estado comatoso y se fueran de reenganche conmigo al torneo jajaja El domingo no nos veíamos ni las manos, del cansancio.

Llegué al campo de batalla y Kay me enfundó la equipación de Akira (Eva, ex integrante), puesto que ella muy amablemente me la había dejado. Era la equipación vieja, la amarilla molona! Al rato, Becky (de aquella no era miembro aún) y se ofreció de freelance por que éramos muy pocos, 6 conmigo y con ella creo recordar.

Empezamos a jugar, ansiosos y alegres, y los partidos se desarrollaron con normalidad. Jugamos contra Santa Compaña y no hubo nada anómalo. Nuestro siguiente partido fue contra Pavengers, asi que activé mi instinto arácnido, por que los valencianos pegaban tan suavecito que temía no notarlo y que me acusasen de fullear. Me siento orgullosa de poder decir que le di guerra a Millán, me esperaba que me matase rapidísimo, pero me vi enfrentándome a él y consiguiendo dobles o incluso matarlo alguna que otra vez de pura potra.

Tras la comida retomamos el juego, y nos volvió a tocar contra Pavengers, contra los cualos ya habíamos perdido a la mañana. En la primera parte no entré, y me quedaba observando. Kay me mandó entrar para el segundo tiempo, y ahí me fui. En esto que miro y veo a Thelos de árbitro (¿?) y me guiña un ojo. Dan la salida, y cuando voy a atacar, me grita “MEL, SÁCATE UN PECHO!”. Me levanto la camiseta y mi oponente, Kike Biosca (Ravens), me mira anonadado como diciendo “QUÉ COJONES HACES NANO!?!?”

En una de las siguientes rondas, lograría que mi querido Millán huyese campo a través, sin saber cómo. (Más tarde me confesó que temía que lo matase asique huyó, y se le escapó la palabra “rinoceronte”). Le ignoré y me dispuse a ver la semi y la final.

En esto que miro, y veo a Axel y Roy tirarse uno encima del otro a lo Pressin’ Catch (WWE) y Cata y yo nos lanzamos encima a lo animal. Cuándo me quiero dar cuenta tenemos a la mitad de los presentes encima, y siguen uniéndose más y más y mas.


Y así es cómo se hizo la foto grupal del Reborn.




Llegó la entrega de premios, y con ello las despedidas. Mi querido Víctor me despidió con una proposición de noviazgo que a la larga se consolidaría.

Me volví para casa en el Danuta-móvil, y me quedé dormida abrazando las armas que atravesaban el coche desde el maletero hasta la parte delantera.

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